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Carmen Barquín Díez, premio MARE a las mejores tesis, por su estudio «Avances en la mineralización fotocatalítica de compuestos organohalogenados», dirigida por María José Rivero e Inmaculada Ortiz Uribe, responde a nuestras preguntas:

1. ¿Qué es para ti la economía circular?

Para mí la economía circular también es un estilo de vida que se puede implementar en diferentes ámbitos. Además de ser una forma más inteligente y responsable de usar los recursos, se trata de aprovechar lo que ya tenemos, reutilizar, reciclar, reparar… En definitiva, es alargar la vida útil de productos y recursos, dándole vueltas al sistema para que sea más sostenible.

2. ¿Qué acciones, estrategias, etc…, se te ocurre que se podrían poner en marcha para fomentar la implementación en Cantabria de este enfoque?

En Cantabria ya se está apostando por la economía circular, por ejemplo con la puesta en marcha en la I Estrategia Cántabra de Bioeconomía y Economía Circular. Pero también hay otras oportunidades, que se pueden desarrollar más directamente para los ciudadanos, como por ejemplo apoyar a empresas locales, crear talleres de reparación o hacer campañas de concienciación de una manera cercana y práctica. 

3. ¿Crees que hay oportunidades actualmente en Cantabria para trabajar en economía circular?

Sí, desde luego. Hay muchos sectores donde poder implantar EC: turismo, pesca, investigación, industria, textil… Además, como Cantabria es una región pequeña y rica en recursos naturales, tiene sentido apostar por modelos más sostenibles de producción y consumo. 

4.  Resumen del trabajo y cómo contribuye a la Economía Circular.

Mi tesis doctoral se titula «Avances en la mineralización fotocatalítica de compuestos organohalogenados». Este trabajo aborda la escasez y contaminación del agua por contaminantes organohalogenados (HOXs), proponiendo la fotocatálisis heterogénea como tecnología innovadora para su eliminación y mineralización. En línea con la Directiva (UE) 2024/3019, se desarrollan fotocatalizadores avanzados basados en dióxido de titanio, mejorados con óxido de grafeno y magnetita, que permiten mineralizar eficazmente HOXs como el S-metolacloro, la dexametasona y el ácido dicloroacético. Los resultados son muy prometedores, los productos finales del tratamiento no son tóxicos y se confirma una buena estabilidad de los fotocatalizadores tras su reutilización. Desde la economía circular, esta tecnología destaca por su bajo coste, uso de luz solar y recuperación de materiales, favoreciendo una gestión del agua más sostenible.